sábado, 18 de agosto de 2007



El amor

El amor es un torrente imposible de parar. No hay pared,
ni montaña, ni dique ni frontera que lo detenga.

Se instala, se adueña y te invade; no lo ataques, sé su cómplice.
No lo busques, está a la vuelta de la esquina; permanece alerta,
puede aparecer en el ínfimo instante que dura un pestañeo.

Golpea a tu puerta, déjalo entrar, aférrate a él, que no se escape,
quizás no vuelva a pasar jamás por tu vida.
Gózalo mientras esté contigo, deja que te arrastre como un viento y como la lluvia, te inunde.

Sé como la raíz de un árbol, pero también como su brote.
No cierres los ojos, no des vuelta la cara, no podrás eludirlo;
te penetra y te sangra, dejando una herida que nunca cicatriza.

No levantes barreras, no escapes de él, siempre te alcanza;
no cubras tu desnudez para protegerte, se mete en cada poro,
milímetro a milímetro de tu piel, inevitablemente.

Apriétalo fuerte, no lo sueltes, reténlo sin ahogarlo.
Vívelo siempre con alegría y con humor, de lo contrario, no es amor.

¡NO LO RAZONES, ABRE LOS BRAZOS Y RECÍBELO EN TU CORAZÓN!


No hay comentarios: