domingo, 26 de agosto de 2007

Sombra de tango

Un rumor lejano de bandoneones
me llega desde el fondo del callejón en bruma,
como un murmullo gris
de Riachuelo con olor a fango.

Aletero de palomas desbandadas
por los acordes canyengues,
adormilados en el aire de la noche
sobre un pentagrama arrabalero.

Luz mortecina, amarillenta,
que alarga las sombras
de ella y él, entrecruzadas
bajo el farol de la esquina
para garabatear un tango,
en la vereda de un boliche
desdibujado en el recuerdo.


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